NO SEAS DEMASIADO AMABLE PARA QUE NO ABUSEN DE TI




 El comportamiento humano es una fascinación y partiendo de esa idea quiero analizar uno de los temas que tal vez vivimos  en la cotidianidad, pero no percibimos y no nos detenemos a ver y el  impacto en nuestras relaciones sociales. Se trata de ser demasiado amable y los posibles problemas que esto puede desencadenar.

Empecemos por comprender  - ¿por qué solemos ser tan amables?, -  Según el psicólogo y conferencista   Jordan Peternson*(1), la razón de nuestra manera de actuar amblemente,  es el miedo. El explica que tenemos 4 tipos de miedos que nos llevan a tener ese comportamiento muy amable, el cual después nos puede llevar a situaciones muy peligrosas. 

La clasificación de esos miedos es la siguiente: 

1- Miedo a la propia insuficiencia y malevolencia: La persona tiene miedo a cómo va a reaccionar frente a una situación inesperada, en donde su actuar sea completamente distinto a su manera corriente de pensar referente a este tema. También tiene miedo a que aflore ese sentido malévolo que puede residir en su interior. Así que la manera amable de actuar es como un calmante de ánimos frente a cualquier situación que se pueda presentar. 


2- Miedo a la sociedad: Este miedo tiene relación con el anterior, pero aquí vemos el miedo al juzgamiento y  la opresión social que se desata de manera conjunta entre las personas que conforman un grupo con el cual nos identificamos. Entonces aquel miedo tiene que ver con el temor a que el grupo social del cual se forma parte, lo juzgue, lo critique y lo oprima a través del escarnio publico. 


3- Miedo a la naturaleza: La naturaleza tiene un poder supremo sobre el hombre, no obstante estamos llamados a protegerla y cuidarla a través de las acciones puntuales de nuestra vida cotidiana, sin embargo el miedo a lo que puede hacer la naturaleza con nuestra salud y  con nuestro medio en el que vivimos, es inmensa y de temer. Aquí actúan aquellas ideas sociales del karma, la concepción de Dios, la fe, el respeto a lo supremo  y las energías.


4- Miedo a lo desconocido: Este miedo a lo desconocido tiene que ver mucho con el miedo anterior. Todo aquello que no conocemos le tenemos mucho temor y respeto. Es por eso que resulta mejor tener un comportamiento amable y tranquilo con todo aquello que no conocemos a profundidad, llámese personas, agrupaciones, medios, sistemas, lugares, los cuales están representados por personas de carne y hueso como nosotros. Pero lo que no conocemos le tememos, por eso actuamos de manera amable y contemplativa hacia lo desconocido. 


¿Y cómo actúan esos miedos en nuestra manera de ser y comportarnos para lo cual el ser amable sea un problema?


En la necesidad que tenemos de ser aceptados y no ser juzgados por el grupo social al cual pertenecemos, tratamos en toda medida de ser muy amables y de opacar esas cuentas pendientes con aquellos que nos han ofendido o maltratado.  

Es importante comprender que ser AMABLES no es una cualidad negativa, ésta es más  bien un estilo de comunicación y de comportamiento que no rotula a una persona de manera negativa, por el contrario es bien vista en la sociedad y tal vez es  percibido con respeto y admiración. El problema nace cuando la persona que es amable, lo es en demasía y obvia todas aquellas acciones que recibe y no se defiende a causa de los miedos. Puede ser pisoteada, agredida psicológicamente o física, recibir maltrato y ultraje, y sigue como si nada sosteniendo una pantalla llena de amabilidad, en cambio debería hacerse valer y respetar.  


Recordando que todos tenemos en gran medida la emoción del odio y la fuerza de la maldad en el interior, es una tarea urgente reconocer esas emociones y no reprimirlas, siendo demasiado amable y tratando de que el mundo nos perciba como un ser de amor, paz y humildad y que luego por cualquier mecanismo se nos escapen esas emociones reprimidas, tratando de ser quienes no somos,  o de esconder nuestros malos momentos. 

Por lo tanto lo mas saludable para tu salud mental y una vida en controlable estabilidad, es propio optar por la asertividad, la cual nos invita a tener la justa medida de buenas maneras entre el respeto y la adecuado manifestación, como también optar por no quedare callado, expresar sus necesidades, inquietudes y peticiones basadas en sus derechos. 


Por último, como recomendación personal; la amabilidad es una sutil manera de enamorar, de mostrarle al interlocutor que lo respetas, que es importante para ti y que tu también lo eres, que tu lenguaje entre lo formal y lo descomplicado, es claro y conciso para que no haya lugar a confusiones.  


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JORDAN PETERSON (1) https://estilocracia.com/peligros-de-ser-demasiado-amable/


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